Encuentro en mis antiguos párrafos a la persona que solía ser y que ahora siento súper diferente. No sé si es por que soy una casi-señora de 30 (aunque tengo 28) o si porque de verdad cambié mucho.
Y es ahora cuando me acerco a una crisis de edad, en la que el sentimentalismo me gana y sobre todo al vivir con mi novio, le lloro casi todas las noches para que podamos tener un gato y es que ¿Cómo no?
A mi edad ya podría ser madre de una adolescente y estaría lidiando con cremas para el acné y novios prematuros, not... Yo sólo quiero una pequeña bolita de pelos que llene mis días y me maullé y me arañe y me llene toda mi ropa negra (o sea toda mi ropa) de pelos felinos y que nunca crezca y nunca se vuelva horrible como una puberta granosa e histérica, no... yo sólo quiero un gato para no tener que vivir la experiencia de tener un hijo ¿acaso es mucho pedir?
You're not my real mom.
Vuelvo a mi blog para escribir y sacarme cosas de la cabeza y sentir que practico mi escritura más allá de la redacción de copies tipo: Sabemos que formar un hogar es una meta muy importante (...) con nuestro financiamiento inmbiliario podrás contar con un lugar al que puedas llamar hogar. Llama ahora.
¿Ven a lo que me refiero?
La publicidad empieza a filtrarse en mi alma a tal punto que cuando abro Facebook empiezo a verlos como productos que pueden ser mejorados o de plano sacados del mercado. Ya publicaré pronto mi guía para venderse en Facebook y no morir en el intento mientras tanto, los quiero florecitas del mal. Reciban un like de mi parte.
Cheers.
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